Borís Mijáilovich Skósyrev Mavrusov (en ruso: Борис Михайлович Скосырев; Vilna, 12 de enero de 1896-Boppard, 27 de febrero de 1989) fue un aventurero ruso, que fue proclamado por el Consejo General de los Valles rey de Andorra, cargo que ostentó del 8 al 21 de julio de 1934 como Borís I.
Borís Skósyrev |
Vida y orígenes
Borís Skósyrev pertenecía a una familia de la pequeña nobleza bielorrusa, que se había distinguido en los ejércitos del zar.
Se tienen pocas noticias de su vida aventurera antes de su llegada a Andorra. Al estallar la Revolución rusa de 1917, buscó asilo político en el Reino Unido, donde se enroló durante dos años en la Armada británica. Posteriormente prestó sus servicios al Foreign Office en diversas misiones, más o menos secretas, que lo llevaron a Siberia, Japón y Estados Unidos. Su personalidad, empatía y facilidad de idiomas le hicieron ganar una gran simpatía entre las personas.
En 1925 renunció a su trabajo de espía y, provisto de un pasaporte Nansen -el que se entregaba a los apátridas- se traslada a los Países Bajos, donde se desconocen sus actividades durante unos años.
Años más tarde, Borís pretendía haber trabajado al servicio de la Casa Real -sin especificar el cargo- y aseguraba haber sido recompensado por S.M la Reina Guillermina I con el título, parece ser que inventado por él mismo, de conde de Orange.
Se casó con una marsellesa acaudalada, María Luísa Parat, el 21 de marzo de 1931. En su acta de matrimonio, suprimió una ‘s’ y cambió la ‘v’ por una ‘w’: Skosyrew, declarándose hijo de Michel de Skosyrew y de Elisabeth Mawrusow. La novia estaba divorciada de un sastre y era diez años mayor que Borís, hecho que quizás influyó para que Borís se alejase rápidamente de su esposa y, enamorado de una bella adolescente inglesa, entrase por primera vez en Andorra.
Primera estancia en Andorra
Se estableció en la población de Santa Coloma, próxima a San Julián de Loria, en una casa que aún se conserva y es conocida como la “casa de los rusos”, llamada así por este mismo personaje y por otro ruso que también estuvo y que, según dicen, introdujo el primer cultivo de tabaco en Andorra.
Borís, en contacto con la realidad andorrana, comenzó a tramar su plan. Mantuvo largas conversaciones con campesinos, artesanos y responsables de la política andorrana. Pronto se dio cuenta que la revuelta juvenil ocurrida unos meses antes de su llegada, podía acoger favorablemente sus ideas progresistas que garantizasen una mejora del nivel de vida.
El 17 de mayo de 1934, Borís presentó un documento al Síndico y otros consejeros generales de Andorra donde justificaba sus intenciones, aunque la respuesta recibida fue muy adversa:
Que no se inmiscuya en asuntos políticos de los Valles, que en caso de reincidencia este se reserva el derecho de elevar quejas a la Autoridad competente para que le apliquen las sanciones que será merecedor el citado recurrente.
Consejo General
Consejo General
El 22 de mayo recibió la orden fulminante de expulsión del territorio andorrano, decretada por el administrador de justicia francés y firmada también por su homólogo episcopal.
Exilio en la Seo de Urgel
Borís se exilió en la Seo de Urgel, instalándose en el Hotel Mundial, donde comenzó a comportarse como un auténtico monarca e inició una fuerte campaña de marketing que atrajo el interés de la prensa. Concedió numerosas entrevistas a los medios que fueron a visitarle e, incluso, algunas entrevistas telefónicas a los diarios The Times y The Daily Herald.
Del 29 de mayo al 5 de julio se trasladó a Torredembarra, donde proyectó una nueva ofensiva. En una entrevista al diario madrileño Ahora confesaba que “no tengo ningún derecho histórico para mi pretensión. Lo hago únicamente como caballero para entender que defiendo los derechos de los españoles que residen en Andorra y son vejados por la República vecina“.
Borís se puso en contacto con diversas agrupaciones legitimistas del sur de Francia. En Perpiñán consiguió hacer llegar sus planes al representante del duque de Guisa Juan de Orleans, pretendiente al trono de Francia. Su argumentación se basaba en que los jefes de Estado francés continuaban teniendo los derechos y funciones de los copríncipes de Andorra, dominio privado de la Casa de Orleans, como heredera legítima de la dinastía de Foix.
Los legitimistas franceses se hicieron eco de la pretensión en sus boletines. Mientras tanto, el duque de Guisa, expectante, no se pronunció, esperando el desarrollo de los acontecimientos. Pero Borís ya se proclamaba, sin ninguna indiferencia, lugarteniente del rey de Francia.
Skósyrev concedió visitas, hizo recepciones oficiales y organizó numerosos actos como una misa por el presidente de la Generalidad, Francesc Macià, muerto el invierno anterior, o sesiones fotográficas para hacer postales monárquicas y escribió en sus borradores para el Boletín Oficial del renovado Principado:
Su Alteza el Príncipe ha concedido entrevistas al diario La Nación, de Buenos Aires, y Ahora, de Madrid. Con la asistencia de Su Alteza el Príncipe, se celebrará una misa para el descanso del alma de Ermesenda de Castellbò, condesa de Foix. Las honorables corporaciones del país estarán representadas en el acto.
El pretendiente al trono también hizo imprimir unos folletos que decían:
Su Alteza Real el duque de Guisa pide a los tribunales que le sean restituidos los bienes y derechos situados fuera de Francia que le fueron legados por sus antecesores, como herederos de los condes de Foix y de Bearn, príncipes de Andorra. Los andorranos se sienten administrados contra su voluntad por el señor Lebrun, presidente de la República francesa, que se hace decir copríncipe y no es el heredero de la Corona de Francia.
Se redacta una innovadora Carta Constitucional andorrana que modificaba sustancialmente el sistema político andorrano tradicional. El Coprincipado tendría libertades, modernización, inversiones extranjeras y el reconocimiento de paraíso fiscal. Borís I imprimió 10 000 ejemplares de su Constitución y los transmitió a personalidades españolas y francesas. Uno de estos, que fue a parar a las manos del obispo de Urgel, monseñor Justí Guitart i Vilardebó, desencadenó las hostilidades por parte del prelado, que desautorizó totalmente al pretendiente en unas declaraciones en la prensa leridana, donde decía que los únicos copríncipes de Andorra eran él y el presidente de la República Francesa.
Reinado de Borís I
El domingo 7 de julio de 1934, el Síndico General de los Valles de Andorra convocó al Consejo General en la Casa de la Vall.
El Síndico abrió la sesión y pasó a exponer el asunto. Borís Skósyrev, un ruso exiliado que visitaba con frecuencia el país andorrano y se proclamaba Conde de Orange se había entrevistado con él para proponerle un revolucionario cambio de las estructuras económicas del Principado. A semejanza de lo que había ocurrido en Mónaco, Liechtenstein o Luxemburgo -los restantes principados europeos, además de paraísos fiscales donde los impuestos eran casi inexistentes o sensiblemente reducidos- el forastero se comprometía convertir Andorra en uno de los centros empresariales más importantes del mundo, donde bancos, entidades financieras y compañías internacionales, no tardarían en instalar su domicilio social, aprovechándose del régimen fiscal.
A cambio de asegurar la prosperidad y el bienestar del pueblo andorrano, Skósyrev pidió una recompensa: que el Consejo General lo proclamase príncipe de Andorra. La propuesta casi tuvo la totalidad de la adhesión excepto la del representante de Encamp. Con sólo un consejero en contra de veinticuatro que formaban el Consejo, la monarquía quedó instituida.
Bandera de Andorra durante el reinado de Borís I |
Acompañado de un fiel grupo de colaboradores, entre los cuales estaban su joven amante inglesa, la millonaria norteamericana Florence Mazmon y el consejero Pere Torras Ribas, el candidato al trono andorrano se estableció en la Fonda Calons de Sant Julià de Lòria.
Asimismo, el 8 de julio de 1934 el consejero contrario a este nombramiento comunicó al obispo de Urgel toda la trama con detalle. Paralelamente, ese mismo día, Francia comunicó oficialmente que no intervendría en Andorra, dejando todas las decisiones al Consejo General y considerando válida la monarquía de Borís I, si se aprobaba y el Consejo de Ministros español debatió el tema para aclarar el asunto andorrano.
El 10 de julio, en una nueva votación del Consejo, la adhesión monárquica se repetía con idéntico resultado: 23 a 1, y el 17 de julio se publicó en el Boletín del Gobierno Provisional de Andorra la Constitución del Estado Libre de Andorra, decretándose el sufragio universal y la absoluta libertad política, religiosa y de imprenta. Al mismo tiempo, mediante decreto, disolvió el Consell General, otorgó una amnistía y convocó elecciones para el 1 de agosto.
Caricatura de Borís en O Diabo |
En un encuentro con periodistas, Skósyrev afirmó que tenía preparada la lista de su gobierno provisional y el plan que debía impulsar su nuevo reino:
Protección al necesitado, educación universal y deporte, mucho deporte. Pero nada de juegos prohibidos.
Detención y exilio definitivo
El 21 de julio de 1934 cinco guardias civiles siguiendo instrucciones del obispo de Urgel, que había denunciado el acuerdo del 8 de julio anterior ante el gobierno de la República Española, penetraron en la capital del país. Allí, los cuatro guardias civiles y el sargento detuvieron al rey Borís I y lo trasladaron a la frontera hispano-andorrana. Sus súbditos no hicieron nada por impedirlo, viendo marchar a su jefe de Estado detenido hacia la Seo de Urgel y esposado. A la mañana siguiente fue trasladado a Barcelona y puesto a disposición del juez Bellón, encargado de los casos relacionados con la Ley de Vagos y Maleantes. Este mismo juez fue quien comprobó que Borís I, era el mismo que había sido expulsado de Mallorca en 1932 cuando vivía con una millonaria inglesa.
El diario ABC se hizo eco de su sentencia:
El 23 de julio fue trasladado en tren hacia Madrid, acompañado de dos agentes que lo vigilaban en un vagón de tercera. Esto no impidió que su llegada a la capital Española despertase una enorme expectación, haciendo que los periodistas congregados se peleasen literalmente para hablar con él y entrevistarlo para sus rotativos. En Madrid ingresó en la Cárcel Modelo, pero continuó adoptando la actitud de monarca en el exilio. Poco después, sin haber cometido ningún delito en España, fue expulsado a Portugal, viajando durante cuatro años por Lisboa, Tánger y Gibraltar.
En 1938 las autoridades francesas le permitieron volver a Aix-en-Provence, donde se reunió con su primera esposa y en febrero de 1939, Borís Skósyrev fue recluido en un campo de internamiento francés junto con antifranquistas españoles, antifascistas italianos y centroeuropeos de las regiones ocupadas por el III Reich antes de la Segunda Guerra Mundial, aunque se desconoce la razón y cargos que se le imputan.
En 1943 fue capturado por los nazis, volviéndose eventualmente un agente especial (sonderführer) en la frontera este. En 1945 fue capturado por el ejército estadounidense, pero fue posteriormente liberado al no ser alemán ni nazi, por lo que se va a vivir a Boppard en Alemania, donde residía su esposa desde 1944.
En 1948 fue capturado por los soviéticos en Eisenach, ciudad alemana controlada por ellos. Fue juzgado y enviado a Siberia. En 1956 es liberado y regresa a Boppard, donde reside hasta fallecer el 27 de febrero de 1989.
Borís con el uniforme del ejército alemán |
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