sábado, 10 de agosto de 2019

Mosin-Nagant, el fusil ruso de la Guardia Civil

Los términos Mosin y Nagant corresponden a los apellidos de los ingenieros que inventaron este magní­fico fusil.


Sergei Ivanovitch Mosin (1849-1902), fue un oficial de artillerí­a ruso que, después de una dilatada carrera llegó a ser Director del Arsenal Imperial de Tula. A su vez, Leon Nagant era un célebre armero de la localidad belga de Lieja, inventor, entre muchas otras armas, del revólver Nagant que llegó a ser reglamentario en el ejército ruso hasta 1933, año en que fue sustituido por la pistola semiautomática Tokarev TT-33.

La historia de este fusil es la siguiente: En 1883, se formó una comisión promovida por el gobierno del Zar con objeto de sustituir al ya obsoleto fusil Berdam Mod. 1871, de sistema monotiro y recarga manual, por otro más acorde con esos tiempos. Para ello convocó un concurso, presentándose ambos armeros por separado y portando cada uno un fusil de su invención.

Después de severas e interminables evaluaciones, los jueces de la comisión seleccionaron a los presentados por Mosin y Nagant, aunque fueron incapaces de decantarse entre ambos. Después de muchas deliberaciones, decidieron construir un rifle que aprovechara las bondades y desechara los defectos de las dos armas, quedándose así­ con el sistema de disparo del ruso Mosin y el cargador del belga Nagant. De esta manera tan curiosa surgió el fusil Mosin-Nagant.

El ministerio del ejército ruso lo declaró reglamentario, denominándolo "Russkaya 3 Lineinaya Vintovka Obrazets 1891 Goda" –en castellano, Fusil Ruso de 3 Lí­neas Modelo 1891-. Tení­a un diseño muy clásico e incorporaba una caduca bayoneta acanalada de 50 cm. de largo.

Es un fusil de gran calidad, que dio magní­ficos resultados en condiciones climáticas y ambientales durí­simas que normalmente son las que más se dan en Rusia. Y es que entre sus cualidades destacaba su resistencia, fiabilidad, exactitud y facilidad de mantenimiento.

No se perdió ningún gran acontecimiento bélico del Siglo XX, estando presente durante la Guerra Ruso-Japonesa, la Primera Guerra Mundial, la Revolución Rusa, la Segunda Guerra Mundial (destacó en la Batalla de Stalingrado), la guerra civil China y la Guerra de Corea, al término de la cual se le dio definitivamente de baja después de haber estado casi 70 años al servicio de la monarquí­a del Zar Nicolás II, y del régimen comunista de Lenin y Stalin, y es que las armas no entienden de ideologí­as.

Image from www.romantiki.ru
El legendario francotirador soviético Vasili Záitsev con su Mosin-Nagant

La última vez que sirvió masivamente a un ejército fue durante los inicios de la Guerra de Vietnam, armando al Vietcong hasta que los pudieron cambiar por los célebres AK-47. También han seguido utilizándose en los conflictos del siglo XXI y hasta la actualidad es utilizada como arma reglamentaria en algunas unidades rurales de la Milicia Bolivariana de Venezuela.

También en la guerra civil española jugó un papel importante siendo el fusil oficial del bando republicano. A mediados de octubre de 1936, los cargueros soviéticos Staryi Bolshevik, Neva, Kim, Kusk y Volgoles arribaron al puerto de Barcelona con las primeras cargas de material bélico que, procedente de la URSS, recibí­a el Gobierno de la República Española. En esta remesa llegaron los primeros ejemplares del Modelo 1891, junto a un menor número del más moderno 1891/30 y del anacrónico Winchester 1895. Los Mosin-Nagant fueron rápidamente distribuidos entre las fuerzas de choque de primera lí­nea, siendo dotadas del mismo las recién creadas Brigadas Internacionales, que hasta su disolución en 1938 no se separarí­an de sus fieles Mosin, que siguieron llegando a España a lo largo de todo el conflicto.

Mosin-Nagant (segundo por arriba) en el Museo Histórico Militar de Valencia




<… Descargaron de un camión unas pesadas cajas en forma de ataúd. Las abrieron y sacaron de ellas fusiles tipo Remington, envueltos en papel de periódicos mexicanos que rezumaban grasa... Los fusiles eran todos del mismo tipo, aunque algunos tenían estampada en el cañón el águila zarista, en tanto que otros ostentaban la hoz y el martillo soviéticos...

Los últimos eran unas pulgadas más cortos y unos gramos más ligeros....(Algunos fusiles solo llevaban el sello Made in Connecticut). Debido a su procedencia, fabricados en los Estados Unidos, enviados al Zar en 1914, copiados por artesanos bolcheviques, vendidos a Mexico para armar a los revolucionarios y regalados a la República Española, fueron bautizados con el nombre de "mexicanskis"...>

Así relató Cecil Eby, en su libro "Between the Bullet an the Lie" (Entre la bala y la mentira), cómo fueron armados con fusiles Mosin Nagant el Batallón Lincoln, decimoséptimo de las brigadas Internacionales.

Infantería republicana armada con el Mosin-Nagant


Dice Mr. Eby que los fusiles venían envueltos en periódicos mexicanos, lo que sugiere que no procedían de un envío directo desde la U.R.S.S. sino de México, desde donde efectivamente llegaron varias partidas de armamento adquiridas por Don Felix Godón Ordás, embajador de España en México.

Para explicar lo del sello "made in Connecticut" hay que retroceder hasta la Primera Guerra Mundial:

Durante la Primera Guerra Mundial, el gobierno de los Zares encargó la producción de un millón y medio de fusiles Mosin-Nagant a las fábricas de Remington y Westinghouse, debido a lo improductivo de la capacidad manufacturera rusa. Evidentemente no todos llegarían a ser entregados, al menos al imperio ruso o a la URSS. Lo que sí parece claro es que parte de ellos acabarían en Méjico (según Eby estos fusiles fueron enviados por los bolcheviques para armar a los zapatistas), quien no dudó en hacer de intermediario para estos restos de edición.

Finalizada la guerra civil española no era extraño ver a las parejas de la Guardia Civil patrullando con esta arma, sobre todo en zonas rurales. Fue durante varios años compañero inseparable de los Mauser como fusiles de dotación de la Guardia Civil pues, una vez rematada la Guerra Civil, muchos ejemplares que habí­an luchado en el bando republicano fueron depositados en los parques de Artillerí­a  y otros, junto con numeroso armamento capturado al ejército derrotado, sería pobremente vendido en el exterior. Los cartuchos incautados, la mayoría con marcas de fábricas soviéticas, serían torneados para borrar el marcaje y ser remarcados posiblemente para disimular su procedencia.

Fue una medida transitoria debida a las penurias de la posguerra que se dilató más de lo previsto. Se le denominó fusil Mausine de 7,62 mm. Y no fue hasta bien entrada la década de 1950 cuando por fin fueron retirados de las últimas Comandancias, siendo sustituidos por el mosquetón Mauser Modelo 1943.



Guardia Civil con un Mosin-Nagant en Logroño