domingo, 12 de abril de 2020

Carlistas en Rusia (I): Carlos VII

En 1876, terminada la Tercera Guerra Carlista en España, el pretendiente al trono Carlos de Borbón y Austria-Este tuvo que abandonar España. Los años posteriores a la derrota los dedicó a viajar. Entre los países que visitó se encuentra Rusia donde su visita provocó un enorme interés.

Carlos VII

Carlos VII entró a Rusia por el Sur, llegó a Bulgaria asistiendo a la toma de Nicópolis durante la Guerra Ruso-Turca e ingresando en el cuartel general de Carlos I de Rumanía. Tomó parte en las batallas de Pleven, donde cargó con un regimiento de caballería, por lo que fue condecorado con la cruz del valor militar. Visitó Kishinev (actual capital de Moldavia), Moscú, y el dia 30 de enero llegó a San Petersburgo en tren. En la estación le recibió el Gobernador de la ciudad, el general Trepov quien le llevó al hotel donde ya le habían preparado las habitaciones de lujo.

Entrega de Nikópolis. Nikolái Dmítriev-Orenburgski


Toma de Grivitsa. Nikolái Dmítriev-Orenburgski

A las dos de la tarde Don Carlos se marchó hacia el Palacio de Invierno, y la misma noche visitó el Gran Teatro para ver el ballet “La Bayadera” de Ludwig Minkus. En principio ocupó un palco privado en el balcón, pero luego fue invitado al Palco Imperial.

El dia 31 de enero le visitaron el heredero al Trono del Imperio Ruso, varios Grandes Duques y altos funcionarios. Comió en el Palacio de Invierno con toda su comitiva, por la noche se presentó en la fiesta celebrada en el palacio del Gran Duque Vladimir Aleksandrovich, hijo de Alejandro II. Se le concedió un lugar de honor a la mesa. El 1 de febrero los oficiales del Regimiento de la Guardia de los Ulanos celebraron una comida de gala en honor al duque de Madrid. 

Palacio del Gran Duque Vladímir


El 2 de febrero la nobleza de San Petersburgo celebró un baile en honor a Don Carlos que presenció la familia imperial. De acuerdo al periódico “Tiempos Nuevos”, Don Carlos fue objeto de atención de las damas. De hecho, varias damas estaban convencidas de que la ópera “Don Carlos” había sido dedicada al ex pretendiente carlista.

Parece que la llegada de Don Carlos fue un evento muy importante para la sociedad petersburguesa: “El objeto principal de atención y rumores del momento actual es, sin duda, Don Carlos. La impresión causada por el príncipe, sobre todo entre los oficiales de la Guardia, es encantadora. Según la opinión de las damas, en Rusia habría podido conseguir muchas más victorias que en España”. La "Gaceta de San Petersburgo” del 3 de febrero dice lo siguiente: “Delante del hotel Demut durante casi todo el día se ve una cola enorme de carruajes. Los representantes de la nobleza de San Petersburgo hacen visitas a Don Carlos, el duque de Madrid. Entre otros funcionarios, le visitaron el Canciller Gorchakov, el Ministro de la Corte Adlerberg y otros”. 

Al día siguiente tuvo lugar una fiesta en el Palacio de Invierno a la que asistieron los representantes del cuerpo diplomático, viajeros famosos, jefes de diferentes regimientos de la Guardia, todos los senadores, oficiales de la Guardia y ayudantes personales de los generales. “A las 9 de la noche llegaron Sus Altezas y se reunieron en el Salón de Malaquita: su Majestad, el Heredero al Trono con sus esposa, los Grandes Duques y el duque de Madrid Don Carlos. A las 00.30 todos se fueron a cenar a la Sala de Nicolás. Su Majestad con Sus Altezas y con el Duque de Madrid comieron juntos en la misma mesa", - nos cuenta el Diario Palaciego. 


Sala de Nicolás

Según las descripciones de aquella fiesta no solo la nobleza colmó de atenciones a Don Carlos, sino también el propio Alejandro II, lo que provocaría bastante disgusto en la Embajada de España en San Petersburgo. Los periódicos seguían discutiendo sobre el motivo de la llegada de Don Carlos y su acogida tan calurosa. Los periódicos conservadores negaban cualquier motivo político y decían que había sido recibido con la hospitalidad tradicional rusa, mientras que la prensa liberal estaba en busca de otros motivos, por ejemplo, sospechaba que el príncipe carlista quería reclutar a los oficiales rusos para su ejército. Todos los artículos satíricos contra Don Carlos eran perseguidos por la censura.

Carlos VII en un dibujo de la revista británica Vaniti Fair de 1876


Mientras tanto, la estancia de Don Carlos en San Petersburgo iba llegando a su fin. Antes de salir hizo varias declaraciones acerca de su renuncia a la corona de España diciendo que su deber era seguir luchando por su hijo quien tendría que ser rey. El príncipe se quedó encantado de San Petersburgo y de la acogida que había tenido en la sociedad aristocrática. La “Gaceta de San Petersburgo" informaba que Don Carlos tenía planeado dedicar una parte de sus memorias de viaje a su estancia en Rusia. El 8 de febrero a las 11 de la mañana tomó el tren en la Estación de Varsovia y partió a Europa. Le acompañó a la estación el Gobernador de la ciudad, el general Trepov. Se dijo que antes de marcharse premió a todas las personas que le habían prestado sus servicios pagándoles 100 rublos y regaló una fotografía suya al oficial de policía que le había acompañado todo el tiempo. 

San Petersburgo, estacion de Warsovia
Estación de Warsovia en S. Petersburgo a mediados del siglo XIX


Don Carlos tuvo un hijo llamado Jaime que fue Oficial del Ejército Imperial Ruso al que se dedicará una entrada aparte en el blog.