Igor Stravinsky estuvo en Sevilla en la Primavera de 1921, deseoso de admirar la Semana Santa, de la que sólo conocía los testimonios escritos de los viajeros románticos. Vino procedente de París, acompañado de su íntimo amigo y colaborador Diaghilev, el creador de los ballets rusos, con quien trabajó en El pájaro de fuego, La consagración de la Primavera, etc. Stravinsky y Diaghilev se alojaron en el hotel Madrid y tuvieron en Juan Lafita un cicerone excepcional. Fue presenciando el desfile de la cofradía de San Bernardo por la Puerta de la Carne, cuando Igor Stravinsky, al escuchar la marcha "Soleá, dame la mano", que interpretaba la Banda Municipal de Música detrás del paso de la Virgen del Refugio, le dijo a su amigo Diaghilev: “Estoy escuchando lo que veo y estoy viendo lo que escucho”.
Serguéi Diaghilev e Igor Stravinsky en Sevilla. 1921. |
Se reconoce a Manuel Font de Anta como autor de la marcha aunque voces expertas apuntan a que fue su hermano José el autor de la marcha en 1918.
En la edición original del guión aparece la siguiente dedicatoria: "A los desgraciados presos de la cárcel de Sevilla que, al cantarle saetas a la Virgen en Semana Santa, me hicieron concebir esta obra".
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